Oigo el silbar incitante

Que llega desde la esquina,

Mis amigos son que llaman

Y esperan que me decida.

Esta noche voy con ellos

Y cuando llego al umbral,

Siento una voz que me llama

Unos labios temblorosos

Que tiernos dicen… ¡Papá!

 

No me esperes, Bengolea

Perdoname, amigo Andrada,

Son dos brazos temblorosos

Y unos labios cariñosos

Los que impiden mi escapada.

Se acabaron esas noches

Que nos vieron a los tres,

Noches de juerga corrida

Y al final… en el café.

 

Es una voz balbuceante

Que se ha metido en mi vida,

Es su voz que me reclama

Lo que impide mi partida.

Salgan solos, mis amigos

No me vengan a esperar,

Que hoy Rivera ha claudicado

Y al silbido de la cita

Ya no puede contestar.

 

Testo: Tino Rodríguez  (Constantino Mateo Rodríguez)
Musica: Francisco Giacone  (Francisco Antonio Giacone)

Registrato da Alberto Castillo con l'accompagnamento de l'orchestra di Emilio Balcarce (01-08-1944).

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